De pequeño era un niño muy travieso que no quería ir a la escuela aunque lo trataban como a un líder, prefería jugar al fútbol incluso cuando era más grande se saltaba las clases, tenía muy mal perder. Fue su abuela la que lo ayudo a meterse en el equipo de fútbol de la que iba cogido siempre y a la que después de su muerte le hablaba por la noche para pedirle ayuda.
Estuvo en la escuela de fútbol Malvinas a los 6 años en el que hay un enorme mural con los nombres de los que han conseguido llegar a primera. A pesar de lo pequeño que era alcanzaba su meta y hacía cosas increíbles. Empezó a jugar con los mayores y formaron el equipo "la máquina del 87".
Sus padres se dieron cuenta de que era más bajito de lo normal y lo llevaron al médico preocupados, cuando les dijeron que sus hormonas del crecimiento no funcionaban , pero él solo se pinchaba las jeringas del tratamiento, pero este era muy caro y sus padres no podían pagarlo. Cuando el club en el que estaba no podía hacerse cargo buscaron otro en Buenos Aires para ver si podían pagarle. Nada más verlo lo quisieron fichar pero no tramitaron los papeles con el equipo anterior, así que buscaron en Europa donde ya era conocido.
Cuando lo vieron se asombraron y querían ficharlo, el club no estaba muy de acuerdo , pero le hicieron una especie de contrato en una servilleta.
La familia tuvo que abandonar su ciudad ya que era la gran oportunidad de Leo. Tuvieron grandes problemas y lo pasaron bastante mal y se preguntaron si merecía la pena. Su padre se quedo con él aunque no podía jugar por ser extranjero, también le preguntó que que quería hacer y el se quiso quedar en Barcelona. Cuando lo contrataron sus padres no se lo creían. Leo nació para jugar al fútbol.
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